A falta de tres meses para que acabe el año, Costa Rica alcanzó la mayor cifra de asesinatos anuales de su historia al superar las 654 muertes violentas registradas en 2022, según cifras oficiales del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
La ola de violencia que azota al país centroamericano, provocada mayormente por las disputas entre grupos narcotraficantes, elevó la cifra de homicidios a 656 hasta lo que va de septiembre, por lo que autoridades proyectan más de 900 asesinatos para todo el 2023.
"Hoy (viernes) llegamos a ese número de 656 homicidios. Sigue creciendo la cantidad y eso nos pone en un punto de inflexión", dijo el director del OIJ, Randall Zúñiga, a la radio local Monumental. Añadió que se hace urgente elevar la inversión pública en seguridad.
Los homicidios en el año actual crecieron en seis de las siete provincias del país que, por décadas, se reconoció como el más seguro de Centroamérica. El mayor aumento se dio en San José, que duplicó la cifra del 2022. La tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes fue 12,6 en 2022 y podría subir a 16 en 2023, según las proyecciones, aunque en territorios como la provincia caribeña Limón ronda 33 por cada 100.000 habitantes.
"Me da mucha pena ver cuerpos calcinados, mutilados o con señales de haber sufrido tortura. Se necesita una reacción muy fuerte", dijo Zúñiga sobre los métodos de disputa y venganza entre bandas narcotraficantes, a las que se atribuyen dos tercios de los asesinatos.
La influencia de bandas criminales de México y el aumento de la producción de cocaína en Colombia tras los acuerdos de paz de 2016 han disparado los asesinatos en Costa Rica, un país ubicado en una zona de tránsito de drogas hacia Estados Unidos y Europa.
La inseguridad es el principal problema señalado por la población, según encuestas de abril y de septiembre del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la pública Universidad de Costa Rica. El último estudio señala que el 70% de los encuestados ve un empeoramiento de la seguridad en los últimos 12 meses.
El presidente Rodrigo Chaves negaba en abril que los homicidios configuren una crisis. Pero en mayo sustituyó al ministro de Seguridad y nombró a Mario Zamora, que había ocupado el cargo una década atrás, presionado por la crisis de inseguridad y las cifras récord de homicidios. (Reuters)